En la elaboración de este vino joven se busca el equilibrio entre variedades. La Chardonnay produce racimos pequeños y dorados, con gran concentración en azúcar y aromas a frutas maduras. La Garnacha Blanca produce racimos grandes y verdosos, su concentración en azúcar es menor y sus aromas son más frescos. El vino resultante combina madurez y frescor, dulzor y acidez.

Procedente de viñas Situadas en los alrededores de Barbastro. La Garnacha Blanca 70% del vino viene del paraje de Los Oncenos a los pies del Monasterio del Pueyo. El Chardonnay 30% viene de la finca Ferrera ribera del río Vero.

De color amarillo pajizo pálido, con reflejos dorados suaves. Aroma intenso y limpio, con abundantes recuerdos a frutas pera, piña, plátano. En boca se muestro amplio, goloso y muy bien equilibrado. Su final es persistente, redondo y muy sabroso.