La puerta de bienvenida al mosaico clásico del Priorat.
La puesta al día de una austeridad, una fineza y un saber antiguos.
Procede de 80 parcelas de viñas viejas en ocho municipios.
El vino que recupera las formas de la tradición y alumbra la tranquila distinción de antaño.
Un acceso privilegiado a la sensual complejidad del Priorat.
Tipo: Tinto
Añada: 2018
Formato: 0,750
VISTA:
Color picota violáceo
NARIZ:
Notas balsámicas, especiadas, que van desde la vainilla al tabaco y a la fruta madura
BOCA:
Estructurado, sabroso, con fruta fresca y una leve acidez. Taninos sedosos
El más joven de los cinco elaboradores que en 1989 iniciaran la revolución del moderno Priorat es hoy un enólogo de éxito que vive con pasión la viña y dibuja con maestría nuevos vinos en su ambiciosa bodega de Gratallops al tiempo que supervisa su otra bodega en Corullon, llevada con igual maestría por su sobrino Ricardo Perez.
En los últimos años los vinos de Álvaro Palacios se han impregnado de una nueva manera de hacer. A partir de la cosecha 2001, una viticultura todavía más sabia y unas vinificaciones aún más perfeccionistas constatan el punto de madurez al que ha llegado uno de los hombres que ha revolucionado el panorama vinícola español y que ha posicionado sus vinos en el mapa de los grandes vinos del mundo. Álvaro Palacios dirige bodega y viñedo y cuenta en el departamento técnico con Oriol Castells.
Tiene 30 hectáreas en propiedad en el emblemático municipio de Gratallops, 17 de ellas están en terrazas y las 13 restantes en los ''costers'' tradicionales de
